EL VIAJE

En 1998 mi madre me llevó a pasar los últimos días del año a Tenerife, fueron unas vacaciones memorables: mi primer viaje en avión, volcanes, paisajes lunares, loros, Navidad en manga corta… y mi primera excursión organizada; mi primera excursión organizada… en la que el guía nos dirigió durante horas como un rebaño bien adiestrado, bajando y subiendo de aquel bus y posando para fotos y vídeos promocionales. Aquella privación total de contacto real con lo que nos rodeaba nos hizo sentir a ambas que todo el estrés y el cansancio habían sido en vano. Esa sensación de vacío generó en adelante una necesidad de disfrutar con calma y verdadero interés de los lugares que visitábamos. Sin saberlo, me empecé a convertir en una «slow traveller».

El «movimiento slow (lento)», que nació en Italia a finales de los años ochenta como respuesta a la apertura de restaurantes de comida rápida, pretendía volver a las raíces de la alimentación mediterránea, donde la calidad de los productos y el tiempo que se emplea en cocinarlos e ingerirlos creaban un hábito mucho más saludable que se empezaba a perder debido a la introducción de un ritmo de vida importado desde EEUU, nacía así el movimiento «slow food» (comida lenta). Estos pioneros pretendían volver a los alimentos de temporada, de producción local, las recetas tradicionales y respetando al máximo el medio ambiente de las nuevas tendencias de explotación agraria de manera masiva. Con el tiempo, este movimiento se extendió a muchos ámbitos: educación, trabajo, salud, diseño…y claro, viajes.

Acercarse e implicarse con el lugar que se visita, entender el viaje no sólo como un conjunto de lugares que visitar sino como un lugar en el que una cultura se desarrolla, tomarse su tiempo para comprender y disfrutar, eso configura básicamente un «viaje slow».

Las personas y lo que viví con ellas, los días que pasé perdida en la belleza de lo salvaje, lo que aprendí de todo ello y las inquietudes que generaron, eso es para mí el viaje.

Desayuno con nuevos amigos, viajeros y gente local, en el camping del lago Onuma (Hokkaido, Japón).
Desayuno con nuevos amigos, viajeros y gente local, en el camping del lago Onuma (Hokkaido, Japón).

5 Comentarios Agrega el tuyo

  1. ¡Gracias! Me alegra haber encendido la chispa ;D

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  2. Edu dice:

    Me empieza a dar panico leer tu blog, cada entrada me deja con unas ganas de mas que creo que ya puedo llamar adicción jajaja

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    1. Gracias Edu! Estoy trabajando en el siguiente! 🙂

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      1. Edu dice:

        ¿Que tal va la siguiente publicación? Que me tienes en ascuas jaja

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      2. ¡Hola Edu! Mañana domingo podrás ver una breve entrada y a partir de entonces verás entradas más a menudo. ¡Gracias por tu interés!

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